Puntilla para toalla en crochet. Mire que sencilla y elegante es esta Puntilla ganchillo, ideal para toallas. La sangre adquiere un valor y no necesitaría ya ocultarse -aunque no encontré en los sitios web de la Argentina evidencias de una corriente organizada a favor del libre sangrado, opción que genera mucha más oposición y resistencias-. En ese sentido, como señala Jules Falquet (2011), el ecofeminismo deja el esencialismo y puede ser una reflexión radical a propósito del futuro de la humanidad, que cuestiona la dimensión racista de la organización mundial del trabajo, de la producción y del consumo. El anclaje con el medio ambiente se plasma en el acuerdo con el Banco de Bosques, con la generación de espacios de intercambio y la producción de un objeto con costo más accesible, en comparación con el importado. Las propuestas aquí analizadas responden a distintos propósitos: cuidar la salud de las mujeres ante el peligro de ciertos procesos industriales que intervienen en la fabricación de tampones y compresas; facilitar su inclusión social, al evitar el ausentismo escolar y laboral; propiciar el autoconocimiento corporal; oponerse desde emprendimientos locales y a pequeña escala (incluso personales) a las grandes marcas de la higiene femenina y, con ellas, al sistema capitalista y sus corporaciones; ser parte de los movimientos ecologistas que advierten el daño que causan toallitas y tampones para el mantenimiento de los bosques, y del ecosistema en general.
En su trabajo dieron con empresas preocupadas por el medio ambiente, por la salud y bienestar de sus integrantes. Más allá de su uso extendido, la expresión hubiera sido disruptiva en un encuentro feminista; en ese evento y en medio de tantas mujeres, no generó una reacción, al menos pública. “La ropa de hogar hay que cuidarla y, en el caso de las toallas, solemos cometer un error con el uso del detergente y del suavizante”, aseguran desde Matarranz. Para contrarrestar estos factores, Gloria García Ruiz, es una artesana del municipio de Ecatepec, su propuesta ecológica es para el uso de toallas femeninas ecológicas, cien por ciento absorbentes y sin químicos, se reutilizan lavándolas después de su uso, mantienen extremidades frescas, limpias y seguras, son cómodas, reutilizables y biodegradables. Si siguen los enunciados que los promocionan, muchas mujeres no pueden evitar verse como protectoras o salvadoras del medio ambiente, facilitadoras de la toma conciencia global, o bien, culpables de la contaminación, ya sea por su comodidad, inconsciencia o falta de entrega. En una entrevista que le realicé antes de que la copa estuviera en el mercado, ella me comentaba que su principal motor había sido esta cuestión social, el empoderamiento de la mujer, la protección de su salud, registrar la conciencia de lo femenino -y no sólo, ni principalmente, lo ecológico -.
Mujeres que están comenzando a vincularse, que en esas vinculaciones espirituales, físicas, alimentarias o de conciencia planetaria encuentran que la menstruación, como la respiración, son leyes del universo manifestándose en lo individual y en lo colectivo. Diferentes fármacos y tizanas naturales se promocionan como paliativos para los dolores y molestias, además de ejercicios de relajación, o incluso, la recomendación de masturbarse.26 Sitios web y grupos de facebook conforman un campo de indagación inagotable, se tejen redes densas, aunque el universo de significados es similar, lo mismo que las imágenes (de diosas, fuego, árboles) y las lecturas inspiradoras (Mujeres que corren con lobos, Luna roja y tratados de ginecología natural, etc.). La diversidad que se da entre el público que asiste a estos eventos, o que compra una toalla de tela o la copa menstrual, expresa necesidades y búsquedas disímiles, tan diversas como los motores de quienes proponen alternativas del lado de la oferta. Tanto la copa como las toallas de tela facilitan la conservación de la sangre menstrual, que puede usarse como abono para las plantas, tinturas que curan heridas, o bien, como pintura para el «arte menstrual». La copa es pensada como medio y no como fin: «La copa en sí misma no es nada, es simplemente estos espacios de abrir, de sensibilizar, de concientizar, de generar fuentes de empleo» (Perullini, 2012).19 Para materializar sus intenciones, tanto Clarisa como Luciana debieron adentrarse en el mundo de la «empresa», primero con temores y luego con sorpresa, ya que encontraron una «sensibilidad inesperada».
Las impulsoras de esta iniciativa son Luciana Comes y Clarisa Perullini. Tanto el salpicadero como la tapicería del coche son zonas de difícil limpieza. Como ventaja adicional, el vinagre elimina más del 80% de los virus y bacterias que podrían encontrarse en techos y paredes. Puede hacer lo que quiera después del lavado del cabello, como el cuidado de la piel, el maquillaje o las tareas domésticas, etc. Mientras se procura afirmar que la menstruación es positiva, cuando se critican las formas en las cuales, desde hace al menos 100 años, millones de mujeres la atienden, el discurso muta, del terreno de la libertad al de la responsabilidad o el de la culpa. Si las toallas tienen un olor muy intenso, lávalas con agua caliente y añade unos 100 gramos de bicarbonato de sodio. Mujeres jóvenes fabrican, difunden, promocionan y venden toallas femeninas de tela y la primera copa menstrual fabricada en este país.